El verano este año viene un poco loco, y todavía hay algunos días que hace fresquito, y apetece comer de cuchara. Para esos días, os traigo mi "Quinua Popeye" (o quinoa). Este plato es además perfecto para peques difíciles con la comida, o personas adultas como yo que todavía conservan algunas manías hacia algunas hojas verdes cocinadas (¡ug!). Estoy segura de que este plato, lleno de proteína y vitaminas, gustará a peques y mayores.
INGREDIENTES
[2 personas]
■ 1 cebolla
■ 3 dientes de ajo
■ 1 cebolla
■ 3 dientes de ajo
■ 1 bote de tomate triturado
■ 300 gr. de espinacas
■ Sal
■ 300 gr. de espinacas
■ 1/4 cucharadita de pimentón dulce
■ 1 litro de caldo de verduras (o 1 litro de agua + 1 pastilla de caldo vegetal)
■ 140 gr. de quinua
■ 140 gr. de quinua
ELABORACIÓN
Pondremos un poco de agua (o aceite de oliva) a calentarse en una olla, para "sofreír" la cebolla. Cuando esté caliente, echaremos la cebolla picada con un poco de sal, y, cuando transparente, bajaremos el fuego, y añadiremos los dientes de ajo picados, el tomate triturado, y las espinacas (aunque parezca mucha espinaca, recordad que al cocinarla pierde muchísimo volumen). Cocinaremos los ingredientes unos 10 minutos, removiendo con una cuchara de vez en cuando. Añadiremos la pizca de pimentón y removeremos rápidamente para que no se queme, pero suelte todo el aroma.
En este momento verteremos en la olla el litro de caldo (o de agua + pastilla) para mezclarlo con el sofrito, y dejaremos que se cocine durante un cuarto de hora aproximadamente, junto con sal, al gusto.
Mientras tanto, aprovecharemos para lavar muy bien la quinua, que añadiremos a la olla una vez hayan pasado los 15 minutos. Antes de añadirla al caldo, pasaremos la batidora por la olla para que todos los ingredientes queden bien integrados y sin grumos. Este es un punto clave para todas esas personas a las que les resulte desagradable la textura de la espinaca cocinada, y para engañar a peques anti-verduras.
Tras añadir la quinua, deberemos cocinar a fuego medio durante otros 15 minutos. Et voilà!
Antes de servir, dejad que repose unos minutitos para no quemaros la lengua.
En este momento verteremos en la olla el litro de caldo (o de agua + pastilla) para mezclarlo con el sofrito, y dejaremos que se cocine durante un cuarto de hora aproximadamente, junto con sal, al gusto.
Mientras tanto, aprovecharemos para lavar muy bien la quinua, que añadiremos a la olla una vez hayan pasado los 15 minutos. Antes de añadirla al caldo, pasaremos la batidora por la olla para que todos los ingredientes queden bien integrados y sin grumos. Este es un punto clave para todas esas personas a las que les resulte desagradable la textura de la espinaca cocinada, y para engañar a peques anti-verduras.
Tras añadir la quinua, deberemos cocinar a fuego medio durante otros 15 minutos. Et voilà!
Antes de servir, dejad que repose unos minutitos para no quemaros la lengua.
NOTA: Este plato lo preparaba mi madre cuando era pequeña, pero con arroz, en vez de con quinua, y con acelgas en lugar de espinacas. Si queréis hacerlo como ella, tendréis que añadir 100 gramos de arroz, en lugar de los 140gr. de quinua, y adaptar el tiempo de cocción al tipo de grano que escojáis.
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Si hacéis la receta, os invito a dejar vuestra opinión en los comentarios. ¡Espero que os guste!